Tras los graves disturbios del verano pasado, cuando decenas de turistas se enfrentaron a la policía en dos noches que acabaron con una veintena de detenidos, la localidad vivía un verano tranquilo alejada de los focos. La dura ordenanza de civismo y la mayor presencia policial han garantizado cierto orden hasta ahora. Pero la irrupción de We love Lloret ha vuelto a poner el municipio en el mapa del turismo de borrachera. “El programa solo muestra a jóvenes durmiendo la resaca y saliendo por la noche”, se quejó Jordi Orobitg, concejal de Turismo. Y eso que Orobitg no ha podido ver los capítulos completos, que están bloqueados si se intenta acceder a ellos desde la IP de un ordenador español. El concejal cree que los responsables del bloqueo son los propios jefes del programa, que informaron al ayuntamiento de su presencia en Lloret pero no explicaron el verdadero contenido de la emisión.
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